jueves, 30 de junio de 2011

CONTINUACIÓN - 2

                                         No sé si por conjuro de la luna nueva, por el cura, por la botas o por Descartes, pero me pasé la noche entera sin pegar ojo y dando vueltas y más vueltas… Eso sí… ¡Sin perder de vista mis pies!… ¡Por si acaso! Comprobando cada vez que estuvieran descalzos. Apelando a la lógica mis pies no podían tener vida propia ni ir por ahí calzando y descalzando sin intervención del resto de mi persona , en apariencia, esa inferencia estaba más que clara …  Pero ya se sabe, ¡Las apariencias engañan! …. Tras esas deducciones destiladas de lo obvio, Descartes  y sus “Meditaciones metafísicas” se apoderaron  de mi cama. Me vino a la mente el encabezado de las seis reflexiones con las que compuso su obra: - “He advertido hace ya algún tiempo que, desde mi más temprana edad, había admitido como verdaderas muchas opiniones falsas, y que lo edificado después sobre cimientos tan poco sólidos tenía que ser por fuerza muy dudoso e incierto.” -  ¡Mmmm! .  A tenor de lo expuesto por Descartes y sorteando el pormenor de que sus quebraderos de cabeza giraban en torno a la existencia de Dios y del alma …  En este mundo mucho más terreno , bien podría ser que en realidad tuvieran vida propia mis pies …  Pero si unas simples botas podían desencadenar tantas alocuciones filosóficas …  ¡No quise ni  imaginarme  lo que podría ser tener que decidir entre  cocinar unas  coles o  hacer unas sopas!
Ante tal circunstancia no pude por menos que bendecir mi desajuste económico, pues  sin yo saberlo, en realidad me estaba solevando de grandes pesos filosóficos. Nada había que plantearse, el frigorífico tenía todas las respuestas contenidas en una simple ecuación de haber/no haber. “ Si Hay X, entonces, comemos X ” , “ Si No hay X, entonces Y” .  ¡Mira tú si es sencillo!
   Afrontar una nueva jornada tras un noche en “blanco”, es casi como ponerse frente al Sahara tras cruzar el Atlántico a nado,  sin más opción que caminarlo, ¡Por descontado!. Claro está que una dosis de café y nicotina logran redimensionar el todo.  Entre otras cosas porque la jornada ya había comenzado ¡Si o si!.
   Sumergiese en la autopista a horas intempestivas mientras el resto del mundo duerme es una excelente condición para abstraerse de todo y olvidarse de que el mundo simplemente gira y gira. Se me hizo presente de repente la cara del capellán mientras me soltaba aquello de “Brujas, mentirosas, zalameras y filibusteras” - ¡Vaya tela! – Solo con pensarlo me iba entrando un “no sé qué”,  que parece ser afectó a mis pies, pues sin tener conciencia de ello, el derecho empujó el acelerador hasta dejarlo clavarlo en el fondo….
    No me preguntes de dónde, ni cómo apareció ese representante de la ley motorizado y uniformado que plantándose delante de mí, me obligo a dar un frenazo que por poco me lo trago. Al primer golpe de vista ni me di cuenta de que era un policía, así que además, para completar el cuadro, le amenicé con  una sinfonía de claxon, mientras gesticulaba y le hacia las señas de si por caso se había vuelto loco… ¡Indiscutiblemente obtuve una inmediata respuesta!, ¡Faltaría más! …  Otro simpático gesto de su mano derecha indicándome que me detuviera  en el arcén….¡¿Qué otra cosa se podía esperar?!
-          ¡Buenos días! – me saludó
(¡Mira que atento, hombre!, en los tiempos que corren,  ¡No todo el mundo te da los buenos días!… Aunque eso de buenos...  mejor lo discutimos luego  – pensé, al tiempo que tragaba saliva en un”¡Tierra trágame!”).
-          Buenos días.- (dudé en responder , pero la cortesía es la cortesía)
-          Permiso de conducir y documentación del coche
Tal y como lo dijo se me prestó responderle un.: - ¡A sus ordenes señor! ¡Si, señor! - . No sé porque santo me contuve pero fue una suerte.  Se lo facilité sin pronunciar media palabra. Me miró, le miré... Buscó en el bolsillo y tendiéndome un tubo plastificado con una boquilla me dijo:
-          Apoye los labios por este lado, coja aire y sople todo lo fuerte que pueda…
(¡Venga ya! … ¿Un test de alcoholemia en un martes cualquiera?)
-          Vengo de casa no de una fiesta, solo he tomado un café – objeté
-          ¡Qué sople!…
(¡Jolín que genio!, ¡Que vale hombre, que ya soplo!).  Y sople claro … ¡Cualquiera decía que no!. Ya se me hacía bastante cuesta arriba tener la certeza de que mi cuenta iba a quedarse un tanto más vacía como para tentar la suerte y verme dando la nota en alguna comisaría.
Siempre me ha fascinado comprobar cómo un sencillo uniforme tiene la capacidad de transformar en algunas personas la autoridad en prepotencia… ¡Y mira por dónde,  que es que da igual del color que sea el dichoso uniforme!.
-          Cero, cero – me comunicó muy serio.
(¡Anda que coincidencia!, ¡Empate!, ¡Como el partido del Domingo! – Vamos, dígame ya por cuanto me sale la broma que tengo prisa… ¡Se me está haciendo tarde, porras! )
-          ¿Sabe cuál es el límite de velocidad en autopista? – volvió a preguntarme con más mala pata que cordialidad.
-          Si claro , 110 –  (No sé por qué tuve la sensación de que no debí responder…)
-          ¿Entonces me puede usted explicar por qué estaba circulando a más de 185 km/h?
-          ¡¿Tanto?!.... –  Exclamé sorprendida, pero es que efectivamente lo estaba.
  Lo cierto es que no había reparado en el cuentakilómetros, y por lo que se refería a explicarlo… ¡¿Qué le iba a explicar?! ¿Qué el día de ayer me levanté con las botas puestas y tuve muy mal día por ese infortunio? ¿Qué después tropecé con un cura y que sin comerlo ni beberlo me encontré con confesión, sermón y  como objetivo una misión de almas? … ¿Qué después de haberme pasado la noche en los brazos de Descartes también pudiera ser que mis pies tuvieran vida propia?, ¿O sencillamente que era una de esas “brujas” irritadas,  que entre otras cosas  había cambiado mi escoba por un auto prêt-à-porter?... ¡No, no era el caso de explicar nada!. Así que con humildad y buen tono asumí que no sabía el por qué:
-          Pues no, lo siento, no lo sé.
-          ¿No sabe?.. . ¡Bien, bien! Por caso…. ¿Toma pastillas? – continuó
-          ¿Pastillas? – (¡Bueno lo que me faltaba!, ¡Uff!...  ¡Aunque si  me llego a pensar el buen comienzo de la marcha, me propino una sobredosis de sacarina!... Por eso de endulzar un poco el día sin excesivas calorías.)
-          Me refiero a algún medicamento que pueda afectar a la conducción …
(No, si ya… ¡Si le entendido perfectamente!… ¡No , no uso de eso! Así que lo siento, ni atenuante ni agravante… ¡Soy así de idiota por naturaleza! Y reconocida esa faceta tan interesante, me dice de una vez por cuanto me sale y deja que me largue!!!! Que a fin de cuentas sólo iba un poco “deprisa” ,¡ No haciendo piruetas a dos ruedas!.)
-          ¡No, no!, ¡No estoy tomando nada! – repliqué
-          La sanción que le corresponde es de seiscientos euros y la resta de seis puntos…
   (Seiscientos euros y seis puntos???? … ¡Jobar! ¡Pero qué pasa?! ¿Es que me resta cien euros y un punto por cada una de las Meditaciones metafísicas cartesianas? … ¡Pues que suerte haber pasado la noche con Descartes!, ¡Porque si llego a pasarla con el “Órganon” de Aristóteles!…)
Creo que la respiración se me quedó detenida por alguna parte. ¡Qué ironía! Sales de casa para llegarte al trabajo  y resulta que en cinco minutos, no solo te han arreglado el día… ¡Te han solucionado todo un mes! – (¡Ir a trabajar sale caro! ¡Me declaro “NiNi” desde este momento! Y …¡Arreando! . ) – Por ganas le hubiera dado con la bota, que esa mañana me había calzado a conciencia, pero me limité a lanzarle una mirada que debió ser más que significativa porque inmediatamente siguió:
-          ¡De aquí en adelante preste usted más atención, por esta vez la sanción pase por trescientos euros sin penalización de puntos!…
(¡Caray, llegaron las rebajas!… Seguro que no sabía que era reincidente… ¡Gracias, mil gracias!) . Mira, hasta le habría hecho  una reverencia, sin embargo atendiendo a mi bolsillo no pude  regale ni siquiera una sonrisa de oreja a oreja. ¡Que soy mileurista, corcho!.  - ¿Y tú qué dices?- , ¡¿Qué  la culpa es mía?!-  ¡Evidentemente! - . O no tan evidentemente, porque en realidad,  ¿Fui yo?  … ¡¿O fueron mis pies?!.  -  Salvando esa menudencia sólo digo que… también podía haberse quedado el buen señor tomándose un cortado en alguna parte en lugar de ponerse a controlar el tráfico de la autopista a unas horas que no pasa nadie, salvo ¡Yo! claro.
   El caso es que después de firmar  recogí la multa y salí pitando   (aunque quizá debiera decir “multita” ,visto que el señor policía tuvo a bien aplicar un recorte del 50% a la tarifa inicial… Algo muy acorde con el bombardeo de los noticiarios… ¡Recortando por aquí, recortando por allá… y que si tatararí y tarará!.  En esa línea cabria esperar que los recibos de la luz, el gas y demás se vieran también recortados por igual en una justa ley de la compensación, ¿Verdad? … Sin embargo inexplicablemente se duplican. ¡Otra duda metódica!) .¡ En fin!. 
   La cosa es que en lugar de una sanción parece ser que firme un acuerdo con la ley de Murphy para ese día… Una gloriosa jornada donde hasta lo más estúpido parecía convertirse en un complicado ejercicio de álgebra. ¡Incluso el teléfono móvil se declaró en huelga! … ¡No cobertura, no batería, el número marcado es inexistente! …  ¿Inexistente?!!! ¡Si hace cinco minutos existía!!!! ¡Si es lo que yo digo, nada existe, todo es aparente! – ¡Menudo conjunto agotador! .¡ De esos que te lleva a la necesidad de resetear todo tu sistema operativo!… Una vez de vuelta a casa, con aquella sensación de - ¡Oh, por fin, el merecido descanso del guerrero! –  parecía que iba a tener ese minuto de paz soñada… Pues no, el teléfono en su rebeldía decidió desistir de su ocioso silencio… Encima para recordarme que tenía una entrevista a la que estaba llegando tarde. Salí precipitadamente corriendo escaleras para abajo dando de bruces con un tipo  que pasaba y del que no tuve tiempo ni de verle la cara
-          ¡Hey! , ¡Nnnn,nnnn! ¡Cuidado guaaaaaapa!
(¿Nnnn,nnnn? , ¿Se cree éste que soy un chucho? . ¡Vamos hombre que no estoy de humor para estas cosas, ni tengo edad, ni tengo ganas!) . ¡Era justo lo que necesitaba, el “graciosillo” de turno!. Pero seguí con mis prisas hacia adelante… Y casi parecía que podría llegar a tiempo, pero, justo en doblar la esquina fui envestida por una berlina” azul lluvia” - ¡Qué bonito color!- Tan bonito que me dejó bien sentada sobre el suelo con un aire de lo más patético… ¡Menos mal que era “azul lluvia”, y no “rojo fuego”!
-          ¡Lo siento! ¡No te he visto! ¿Te has hecho daño?
(¡¿Qué no me has visto?! … ¡No si yo tampoco me veo! .¡Aguanta! ) … Me incorporé decidida a saltarle a la yugular, morderle una oreja o a lo que se me pasara por la cabeza, pero en cuanto estuve en pie no me quedaban ya ni fuerzas. Mientras el hombre me sostenía por un brazo intentando averiguar si me había roto algo, comencé a llorar como una María Magdalena, no sé si de rabia, de contrariedad o de impotencia... Miré el reloj y… ¡A la porra la entrevista!
-          ¿Estás bien? ¿Quieres que te lleve a alguna parte?
(¿Qué si estoy bien?…¡ De cine! … ¿Tú qué crees?. Acabas de arruinarme una entrevista, me dejas tirada en mitad de la calle… ¿Y me preguntas como estoy? …¡Encantada de conocerte, hombre!)
-          ¡Estoy bien, estoy bien!  - musité mordiéndome el labio para no soltar lo que pensaba
-          ¿Quieres que te lleve a que te visiten?
(¿Visitarme? …  ¡Ya he tenido bastantes visitas por hoy! ¡Mejor lo dejamos!)
-          Creo que estas un poco alterada, espera que aparco el coche…. No sé, me sabe mal….¡ Dime qué puedo hacer! …
(¿Te sabe mal el qué? … ¿Haberme tirado al suelo, haberme hecho perder la entrevista …. O tu tiempo?... Y por lo que se refiera a hacer… ¡Seguro que si te lo dijera, harías justo al revés! …¡Deja, deja! ¡No hay nada que hacer! )
-          No te preocupes, estoy bien… no parece que me haya roto nada.
-          Bueno, por lo menos deja que te invite a tomar algo, y me cerciore de que estás bien. Creo que una tila nos vendría bien a los dos… No podría marcharme tranquilo…
(¿Tila? ¿Tranquilidad? … ¡Que tila, tila! ¿Quién se quita un susto con una tila? ¡Un mojito o un caipiriña!)
   Dejó el coche más que aparcado-  ¡apartado! -  de la mitad de la calle y aparecimos tomando una ¡Tila! en el bar más cercano… Sin saberlo, acaba de dar con un necio que además contenía en su cuerpo a mi supuesta  alma gemela… ¡Hay que ver lo que dan de sí unas botas puestas a destiempo!
(continuará)

viernes, 17 de junio de 2011

EL PRINCIPIO

                                        


                    ¡ Ah, si! …¡ Tú querías que te contara esta historia! . ¿Qué cómo es? … Pues…

   Todo empieza una mañana, porque es cuando suelen empezar las cosas, en la mala costumbre de levantarse para  ir a trabajar porque el trabajo dignifica y engrandece.  Bueno, si no es eso, es algo así.
   Lo esperable dentro de lo cotidiano es que al alzarse uno, o una, de la cama, dé con los  pies en el suelo, ¿No es cierto? …¡Pues no! ¡Graso error!. Tal vez fuera lo esperable, si,  pero para nada es lo que pasó. Para mi desconcierto, ese día,  en lugar de un pié en el suelo di con mis botas bien calzadas y puestas  en punta y tacón. … - ¡Eh! , ¡Alto ahí! - ¡Que ya sé lo que está rondando por tu mente, y va a ser que no! ¡Nada de fiestecilla, ni de noche loca de drogas y alcohol! …  Más bien,  una noche tranquila sin otra compañía que un helado de vainilla, un pitillo y el colchón…  ¡Vaya decepción, no?!  - Pero así es la vida.  ¡En fin! .Vamos al caso. Cuando una se despierta por la mañana desprovista del pijama y con las botas calzadas ..¡Algo le pasa!,  Porque muy normal, lo que se dice normal, pues como que no es .  ¡Claro! .Como un relámpago se cruzó a todo color en mi mente el título de un western : “¡Murieron con las botas puestas!” …¡Las botas!  ¡Ah, ah…! ¡Grave problema! ¡¿Habría sido capaz de morirme y no darme cuenta?! … ¿Esto ocurre así? ¿Se va una a dormir y cuando se despierta ya no es lo que era? … ¡Noooooo, que va! ¡Eso no podía ser así de ninguna manera!
    Si te asustan los 299.792.458 m/s  en los que viaja la luz , ni te cuento a qué velocidad viaja el pensamiento cuando tiene que resolver el problema de  si sigues con vida o si te has muerto …  Así que, todas las teorías del universo acudieron a mi festival de desconcierto . Total,  para concluir que se imponía una prueba de fuego.   Tal cual,  pensado y hecho…  Corrí hacia el espejo con el convencimiento de que si  frente a él, este me devolvía la imagen y yo podía veeeeerlo … es que estaba viva, de lo contrario no era más que un espectro…  ¡Que alegría! Con cara de haber cabalgado siete noches y siete días por el más árido desierto, tuvo la gentileza de devolverme la imagen el espejo.  ¡Fíjate tú como sería, que hasta me di los buenos días! … Después el peine y el cepillo de dientes terminaron de confirmar la hipótesis  preferente, ¡Si , estaba viva! … Seguía formando parte de este mundo terreno…  que no es por nada personal,  eh,  pero para qué nos vamos a engañar,  la eternidad…. ni tiene prisa, ni caduca… así que puede esperar.
  En esa euforia de sentirme viva, recordé las veces en que la vida parece carecer de todo sentido…  Como si no fuera  ya lo bastante absurdo tener que darse cuenta de que vives por caso de unas simples botas . .. Es evidente que en semejante circunstancia, habría quien se reiría, se lo echaría a la espalda y lo dejaría pasar… Pero  claro, ¡Yo no!. ¡Qué va! . Todo el día estuve barruntando cómo y  por qué una cosa tan extraña  pudo pasar.  Sin duda era cosa del estrés… ¡El estrés! que en este siglo es el culpable de todo… ¡Desde de la crisis económica al calentamiento global!  … Sin embargo el estrés como explicación no acaba de dejarme satisfecha,  no sé, me daba … como que al estrés no le da por poner botas….  Pero al caer la tarde no se me ocurrió otra cosa que acercarme a la iglesia.  ¿Por qué? …¡Y yo qué sé!. Supongo que por algún rincón de mi cabeza desfiló la idea de que tal vez pudiera  estar poseída por alguna extraña fuerza…   sea por lo que sea,  allí me encontré. Cuando ya daba por sentado  que entre aquellos muros desolados sólo estábamos El Creador y yo … como por obra del  Espíritu Santo apareció el párroco:
-          ¡Un momento hija mía! Estoy terminando de limpiar el confesionario y te atiendo enseguida.
 (- ¿Atenderme?, ¡Si yo no iba a comprar nada! ¿En qué me iba a atender? …¡Si yo sólo pasaba! –) Caminando de puntillas me fui dirigiendo a la salida cuando le escuché decir:
-          ¡Qué poca paciencia tenéis las mujeres!
(¡Arrea! ¡Justo lo que me faltaba para terminar la jornada! … ¡Un cura y además sexista! ¡Que si hombre, que si!)
-          ¡Ay,  si yo le contara padre! – le respondí.
-          ¡Cuenta hija, cuenta!… que para eso estas aquí…-  Me contestó con una sonrisa de esas que te recuerdan el movimiento hippy y su mundo feliz.
-          Bueno, en realidad sólo pasaba y no sé, me dio por entrar, pero…
-          ¡Por algo será! – y volvió a sonreír

¡Si claro! ¡Por algo si era! … ¿Tal vez porque esa mañana me levanté con las botas puestas como un misterio sin explicación?. ¡Pues si, por algo si era! .Al final, como todavía barruntaba que si las botas  para arriba, las botas para abajo y demás fruslerías a destajo, le conté lo sucedido… Ni que decir que,  como buen pastor, me sonsacó todo lo que quiso, incluidos los pormenores de mis historias de amor y desamor…
-          Difícil vida te han dado hija, pero siéntete agradecida que hay quien tiene peor desgracia…
(¡Vaya guasa tiene este cura! – pensé- )
-          Eso ya lo sé yo padre, pero mire por donde… ¡Saber eso no me reconforta!
-          ¡Olvida lo de las botas que todos tenemos casos y cosas! … Más bien procura que el próximo amigo que tengas sea un hombre de bien que todavía hay alguno … ¡Te lo aseguro!
(¡Anda que no! A eso le digo yo tener fé  - por supuesto aunque lo pensara no se lo solté)
-          ¡¿Más disgustos?! … ¡Déjelo padre, que va a ser que no! … No más sinvergüenzas, ni listillos ni iluminados …
-          ¡Ajá! - ¡Ya veo! -Tú eres de esas feministas que sólo ven en los hombres un lado malo… Pero eso es fruto de tu historia, y a las más de las veces pasa al contrario…  ¿Sabes lo que me cuentan  algunos de ellos?
(¡Ah! Así que los hombres tienen  otro lado… ¡Cómo no! ¡El que va de Guatemala a Guatepeor! - ¡Y no soy feminista corcholis!)
-          Me lo imagino , pero estando donde estamos mejor se queda en el cajón de lo imaginario – le repliqué
-          ¡Te lo digo yo! – protestó él -  (No , no lo diga por favor!!!) -  … ¡Basta de brujas histéricas, de mentirosas, zalameras y filibusteras!!! . – (¡Hala, ahí se queda eso! ¡Diga que si padre, hay que romper una lanza por el género masculino!)
(¡Ay!. Si ya me parecía a mí… este mensajero del Señor no vé con buenos ojos al género femenino. Pero qué le vamos a hacer, ni la historia ni la literatura nos acompañan en demasía, somos las Evas , las Cleopatras o Dalilas que si no se evidencian es porque las tenemos escondidas, y pobrecitos los varios Adanes  (que no son Adonis) , los Marcos Antonios  y Sansones … ¡Hay que ver como son las cosas! )
-          ¡Pues lo ha arreglado usted del todo padre! , ¡¿Así como nos vamos a llevar bien hombres y mujeres?! ¡Es imposible!
-          ¡Mal que nos pese, todos tenemos nuestra mitad en alguna parte!
-          ¿Usted también ?!
-          Hijaaaaa! ¡Que es una manera de hablar! …
-          ¡Uy! Perdón , no lo he podido evitar … Lo que pasa es yo no creo mucho en esas cosas sabe usted … Soy de la opinión que las personas ni tienen mitades ni las dejan de tener , y que todo se resume al buen sentido , al buen corazón y al buen hacer …
-          ¡Eso es indudable hija!, No solo tiene sentido lo que dices , si no que es lo justo y deseable, aunque  más parece la observación de Sor Lucia que la de una mujer de a pié …
(¿Sor Lucia? ¡No que va!  Es que yo tengo coche – se lo iba a decir, pero me callé)
Por segunda vez en mi vida me relacionaban con el  monjerío… La primera pase, porque a punto estuve de dar el salto a las  Clarisas… Pero a estas alturas de mi vida y de parte de un clérigo al que apenas había terminado de relatar algunas mundanales cosillas… ( ¡En fin! Supongo que todo es cuestión de perspectivas). Sea como fuere después de un rato más de charla intimista donde fueron invitadas a la reunión las almas – ( ¡Cómo no!) – Asistieron tooooodas las almas,  las  solitarias, las atormentadas, y por supuesto aquellas consideradas gemelas. ¡Sorprendente disertación!.
    Después de charla,  confesión y sermón , por ese orden, y ya tarde  para la cena,  me encontré marchando por la acera de la calle examinado la posibilidad de que en algún lugar pudiera existir un alma gemela a la mía …¡Ja! ¡Menudo trabajo me había dado el cura! . Si no eran bastante mis preocupaciones y el ritmo estresante de mis quehaceres…  ¡Sólo me faltaba preocuparme de que un alma desconocida, supuestamente  gemela a la mía, no anduviera por ahí sola y desconsolada!  ¡Y todo por unas botas! . ¡Qué poca gracia! … ¿Y si nunca la encontraba? … Porque era de imaginarse que no van las almas con un letrero colgando diciendo soy  la gemela de fulana o de mengano… O tal vez si, tal vez llevaran ese letrero colgando, en cuyo caso  sólo  precisaria de las gafas adecuadas para notarlo… Me asaltó otra idea de las mias y ya eran demasiadas ideas para tan poco rato, pero … ¿Y si las almas eran ciegas? . Evidentemente no iba a ser una cuestión de letreros… En ese momento, me  dí cuenta de que disponía de una idea cartesiana, y una duda metódica… pero que seguía incompleto el  método en sus partes principales … ¡Uf, que lío! ¡¿Cómo diantre se las apañaría Descartes?!
                                                       (Continua….)